Suicidio

El Occidental, a 9 de Julio de 2011 por Juan Gerardo Martínez Borrayo*

Cada año millones de personas tratan de suicidarse y alrededor de un millón de ellos lo logra. En México, de acuerdo al INEGI, en el 2005 hubo tres mil 553 suicidios, lo que equivale a 3.4 suicidios consumados por cada 100 mil habitantes; para el 2009 este número aumentó a cinco mil 190. Pero ¿por qué no todos lo logran? Al parecer no basta con estar deprimido para intentar suicidarse, sino que hace falta tener una historia particular que eleva las posibilidades de intentar y lograr matarse. Las investigaciones recientes están mostrando que entre los factores de riesgo están el ser tolerante al dolor, actuar impulsivamente y no tener miedo. Particularmente se está encontrando que la pérdida de miedo puede ser condicionado, es decir, que las personas pueden ganar experiencia con el dolor, ya sea por abuso de otros sujetos o bien por su propia mano, y que el pobre control de impulsos puede exacerbarse por el consumo de alcohol y otras drogas. Los expertos están usando esta nueva concepción del suicidio para identificar quiénes tienen una mayor predisposición para terminar con su vida y con ello están desarrollando nuevas terapias de intervención psicológica.

FACTORES DE RIESGO

Uno de los factores que parecen elementales para determinar el riesgo de suicidio es la historia familiar. En el 2002, Ping Qin y sus colegas de la Universidad de Aarhus determinaron que si en una familia alguno de sus miembros ha intentado acabar con su vida, se incrementa dos veces y media la posibilidad de que otro de sus miembros tenga el mismo destino. Algo que puede explicar este aumento de los intentos de suicidio en los mismos familiares es que su corteza cerebral del hemisferio derecho está más delgada, dato que se descubrió en sujetos desde los 6 años. Una probable consecuencia de este adelgazamiento de la corteza del cerebro es que aumenta la posibilidad de padecer depresión y menoscabar la habilidad de las personas de atender e interpretar las expresiones sociales y emocionales de las personas que los rodean. Otro factor de riesgo importante es padecer de depresión. Este estado anímico es el mayor predictor de ideas suicidas, se ha encontrado que la exposición repetida al pensamiento de terminar uno con su propia vida hace que este pensamiento sea menos agresivo con el tiempo. Pensar en matarse es una forma de auto lastimarse, pero hay otras formas de herirse a uno mismo como es la práctica de la automutilación. Se reportó en un estudio del 2008 que más de la mitad de las personas con desorden de la personalidad borderline (que se caracteriza por una inestabilidad del humor, la conducta y las relaciones sociales) se habían automutilado (mordiéndose, quemándose, cortándose, etcétera) y tal conducta incrementa la posibilidad de cometer suicidio; de hecho, entre el 5 y 10% de ellos terminaron con su vida, lo que da un 40% más probabilidades de suicidarse que en la población en general. Otra forma en que uno puede acostumbrarse al malestar por medio de una conducta realizada por uno mismo, es la anorexia. Ellos tienen un mayor riesgo de cometer suicidio que las personas con hábitos alimenticios sanos. Esta probabilidad es muy alta, 23 veces mayor, lo cual la convierte en el mejor predictor del suicidio, incluso más que la depresión. También la violencia puede provenir de otras personas, no sólo de uno mismo. Al parecer el abuso sexual y la violencia física son los principales factores de riesgo de que posteriormente haya intentos de suicidio. Incluso, las experiencias tempranas producen marcadores epigenéticos, es decir, patrones específicos en el ADN de las personas que terminan con su vida posteriormente. Un factor más a tener en cuenta en la explicación del suicidio es la tolerancia al dolor. Como se comentó en este espacio en otra ocasión, los hombres soportamos más el dolor que las mujeres. Esta puede ser una explicación de por qué nos matamos más. Además de que los métodos elegidos por los hombres son más efectivos: se suelen preferir los disparos a la cabeza el doble de veces que las mujeres. Otra cosa que caracteriza a los hombres es la impulsividad, la cual se exacerba si se han consumido drogas. De acuerdo a un estudio del 2003, 4.5 % de quienes se les ha diagnosticado alcoholismo terminan quitándose la vida dentro de los próximos 5 años.

COMO EVITARLO

Con todo lo dicho hasta aquí se pueden derivar algunas sugerencias de cómo se puede prevenir el suicidio. Se debe de promover la salud física, emocional y social de los niños, sobre todo en los primeros años de su vida. Se deben de identificar sobre todo aquellos niños que están en más alto riesgo, como son los infantes maltratados físicamente y depresivos. Incluso se podría pensar que algún día las tomografías se puedan usar para escanear el cerebro de los niños y ver quiénes tienen más delgada su corteza cerebral y que eso los ponga en riesgo de cometer suicidio. Se debe de entrenar a los profesionales de la salud, particularmente a los psicólogos, en detectar que aquellos sujetos con adicciones y desórdenes de la alimentación tienen más probabilidades de matarse a sí mismos. Y se debería de legislar para que las personas no consumieran alcohol hasta los 21 años, ya que se ha mencionado la relación entre esta sustancia y el suicidio.

* Departamento de Neurociencias, Universidad de Guadalajara

FUENTE: www.oem.com.mx El Occidental, organizacion editorial Mexicana

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