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La madre de Emma se dio cuenta de que su hija tenia un corte una noche en que la joven estaba lavando la vajilla. Emma le dijo a su madre que el gato la había arañado. A su madre pareció sorprenderle que el gato hubiera sido tan agresivo con su hija, pero no le dio más vueltas al tema.

Las amigas de Emma también habían notado algo extraño. Incluso cuando hacía calor, Emma usaba camisas de manga larga. Además, se había vuelto muy reservada, como si hubiera algo que le preocupara. Pero Emma parecía no poder encontrar las palabras para contarle a su madre o a sus amigas que las marcas que tenía en los brazos eran producto de algo que ella se había hecho. Se cortaba con una navaja cuando estaba triste o disgustada.

Lastimarse a propósito haciéndose rasguños o cortes en el cuerpo con un objeto lo suficientemente afilado para rasgar la piel y hacerla sangrar se denomina cortarse. Cortarse es un tipo de conducta autolesiva. La mayoría de jóvenes que se cortan son de sexo femenino, pero los chicos también cometen conductas autolesivas. Las personas se suelen empezar a cortar en la adolescencia. Y algunas siguen haciéndolo en la etapa adulta.

Las personas suelen hacerse cortes en las muñecas, los brazos, las piernas o el vientre. Algunas personas se autolesionan quemándose la piel con cigarrillos o fósforos encendidos.

Cuando los cortes o las quemaduras se curan, suelen dejar cicatrices o marcas. Las personas que se autolesionan suelen ocultar los cortes y las marcas que se infligen y a veces lo mantienen en secreto.

¿Por qué se corta la gente?

Puede resultar difícil entender por qué las personas se cortan a propósito. Cortarse es una forma en que algunas personas tratan de afrontar el dolor que les provocan las emociones fuertes, la presión intensa o los problemas relacionales importantes. Es posible que tengan que afrontar sentimientos que les parezcan demasiado difíciles de sobrellevar o situaciones negativas que crean que es imposible cambiar.

Algunas personas se cortan porque necesitan desesperadamente librarse de sentimientos negativos. Es posible que no conozcan mejores maneras de liberarse de la presión o del dolor emocional. Otras personas se cortan para expresar emociones fuertes, como la rabia, la pena, el rechazo, la desesperación, la intensa nostalgia o el vacío.

Existen muchas otras formas de afrontar las dificultades, incluso los problemas importantes y el terrible dolor emocional. Puede ser necesario acudir a un profesional de la salud mental cuando se tienen graves problemas vitales o se experimentan emociones insoportables. Cuando se atraviesan situaciones difíciles y/o se experimentan fuertes emociones, puede ayudar mucho poner las cosas en perspectiva hablando sobre los problemas con los padres, otros adultos o los amigos. Hacer abundante ejercicio también ayuda a poner los problemas en perspectiva y a equilibrar las emociones.

Pero las personas que se cortan no han desarrollado formas saludables de afrontar las cosas. O sus habilidades de afrontamiento sucumben ante unas emociones excesivamente intensas. Cuando las emociones no se expresan de una forma saludable, se acrecienta la tensión, a veces hasta un punto en que parece insoportable. Cortarse puede ser un intento de aliviar esa tensión extrema. Para algunas personas, parece ser una forma de sentir que tienen el control.

El impulso de cortarse puede estar desencadenado por emociones intensas que la persona no es capaz de expresar, como la rabia, la pena, la vergüenza, la frustración o la alienación. Las personas que se cortan a veces dicen que sienten que no encajan en ningún sitio o que nadie las comprende. Una persona puede cortarse por perder a un ser querido o bien para escapar de una sensación de vacío. Cortarse puede parecer la única forma de encontrar alivio o de expresar el dolor personal con motivo de un problema relacional, como el rechazo.

A veces, las personas que se cortan o se autolesionan tienen otros problemas mentales que contribuyen a su tensión emocional. En ocasiones (pero no siempre), cortarse es un fenómeno asociado a la depresión, el trastorno bipolar, los trastornos de la conducta alimentaria, el pensamiento obsesivo o el comportamiento compulsivo. También puede ser un signo de problemas mentales que hacen que a las personas les cueste controlar sus impulsos o asuman riesgos innecesarios. Algunas personas que se cortan tienen problemas con el alcohol o las drogas.

Algunas personas que se cortan han sufrido experiencias traumáticas, como abuso, violencia doméstica o catástrofes. Las conductas autolesivas pueden sentirse como una forma de «despertar» de la sensación de anestesia o imperturbabilidad consecuente a una experiencia traumática. O puede ser un modo de volver a infligirse el dolor experimentado en el pasado, expresando la rabia al respecto o intentando obtener control sobre él.

¿Qué puede ocurrirles a las personas que se cortan?

A pesar de que cortarse puede brindar cierto alivio temporal con respecto a sentimientos terribles, incluso las personas que se cortan coinciden en que no es una buena forma obtener ese alivio. Por el siguiente motivo: el alivio no es duradero. Los problemas que desencadenaron la conducta de cortarse siguen ahí: simplemente se ocultan.

Las personas no suelen tener la intención de lastimarse irreparablemente cuando se cortan. Y tampoco suelen querer seguir cortándose cuando empiezan a hacerlo. Pero ambas cosas pueden ocurrir. Es posible calcular mal la profundidad de un corte, haciéndolo tan profundo que requiera puntos (o, en casos extremos, hospitalización). Los cortes pueden infectarse si una persona utiliza instrumentos no estériles o sucios para cortarse, como navajas, tijeras, alfileres o incluso el borde afilado de la lengüeta de una lata de refresco.

La mayoría de las personas que se cortan no intenta suicidarse. Cortarse suele ser el intento de una persona de sentirse mejor, no de ponerle fin a todo. Aunque algunas personas que se cortan también intentan suicidarse, eso obedece a problemas emocionales y al sufrimiento que subyacen al deseo de autolesionarse, no al hecho de cortarse en sí.

Cortarse puede dar lugar a un hábito. Y se puede convertir en una conducta compulsiva, lo que significa que, cuanto más se corta una persona, más necesidad siente de hacerlo. El cerebro empieza a asociar la falsa sensación de alivio de las emociones negativas al acto de cortarse, y ansía ese alivio la siguiente vez que se acrecienta la tensión. Cuando cortarse se convierte en una conducta compulsiva, puede parecer imposible ponerle fin. Por lo tanto, cortarse puede parecer casi como una adicción, donde el impulso de cortarse parece demasiado difícil de resistir. Una conducta que empieza como un intento de sentir que tienes más control puede acabar controlándote por completo.

¿Cómo empieza uno a cortarse?

Cortarse suele empezar por impulso. No es algo que la persona se plantee larga y tendidamente antes de hacerlo. Shauna afirma lo siguiente: «Comienza cuando te sucede algo que te afecta mucho y no sabes cómo hablar sobre ello ni qué hacer. Pero no puedes desconectar de esa sensación y tu cuerpo se engancha al sufrimiento emocional. Sin darte cuenta, empiezas a cortarte. Y entonces, de algún modo, estás en otro lugar. La próxima vez en que te vuelves sentir fatal por algo, lo vuelves a intentar y, poco a poco, se acaba convirtiendo en un hábito».

Natalie, una alumna que acaba de empezar la enseñanza secundaria superior y que empezó a cortarse, explica que era una forma de desconectarse de unos sentimientos de rechazo e impotencia que sentía que no podía soportar. «Al principio, no lo consideré algo malo, solo era mi forma de escaparme de cosas que me hacían sentir francamente mal. No obstante, supongo que una parte de mí debía de saber que estaba haciendo algo malo, porque siempre lo ocultaba. Una vez un amigo me preguntó si me cortaba y yo le mentí. Me daba vergüenza».

A veces, las heridas que una persona se inflige a sí misma afectan a su imagen corporal. Jen dice lo siguiente: «A mí me gustaba el aspecto que tenían los cortes que me hacía. Me sentía mal cuando empezaban a curarse, y volvía a cortarme para ‘renovármelos’. Ahora comprendo que esto parece una locura, pero en aquel momento me parecía absolutamente razonable. Aquellos cortes me importaban mucho, eran algo sobre mí que solo sabía yo. Eran como mi propia forma de controlar las cosas. Ya he dejado de cortarme, pero ahora tengo que apechugar con las cicatrices que me quedaron».

No se puede obligar a una persona que se autolesione a dejar de hacerlo. No sirve de nada enfadarse mucho con un amigo porque se corta, rechazarlo, darle un sermón o rogarle que deje de hacerlo. Por el contrario, a un amigo que se corta hay que hacerle saber lo mucho que te importa, que merece estar sano y ser feliz y que nadie tiene que afrontar sus problemas a solas.

¿Presión social para cortarse?

Los jóvenes que se autolesionan suelen tener graves problemas emocionales. Muchos se esfuerzan sobremanera para superar esos problemas tan difíciles. A ellos les cuesta creer que haya adolescentes que se cortan solo porque consideran que es una forma de parecer duros y rebeldes.

Tia probó a cortarse porque un par de chicas de su centro de estudios lo hacían. «Parecía que, si yo no lo hacía, ellas pensarían que me daba miedo o algo parecido. De modo que me corté una vez. Pero entonces pensé en lo débil que había sido haciéndome aquello sin ningún motivo. La próxima vez que me lo pidieron les dije: ‘no, gracias, eso no va conmigo’.»

Si un amigo te sugiere que pruebes a cortarte, dile lo que piensas. ¿Por qué dejarse llevar para hacer algo que sabes que no es bueno para ti? Hay muchas otras formas de expresar quién eres.

Lindsay llevaba tres años cortándose debido a los malos tratos que había recibido cuando era niña. Ahora tiene 16 años y lleva más de un año sin cortarse. «Me siento orgullosa -comenta Lindsay-. Por eso, cuando escucho a otras chicas hablar de eso como lo que está de moda, me molesta muchísimo.»

Pedir ayuda

Existen mejores formas de afrontar los problemas que cortarse, formas más saludables y duraderas que no dejan cicatrices físicas ni emocionales. El primer paso es obtener ayuda para resolver los problemas que desencadenan la conducta de cortarse. He aquí algunas ideas útiles:

  1. Explícaselo a alguien. Las personas que han dejado de cortarse suelen decir que el primer paso es el más complicado: admitir que uno se corta o hablar con alguien sobre el tema. Pero también afirman que después de abrirse y hablar sobre ello, experimentaron una gran sensación de alivio. Elige a alguien de confianza para hablar por primera vez de que te cortas (uno de tus padres, un orientador de tu centro de estudios, un profesor, un entrenador, un médico o un enfermero). Si te resulta demasiado difícil hablar directamente sobre el tema, escríbelo en un papel.
  2. Identifica el problema que desencadena la conducta de cortarte. Cortarse es una forma de reaccionar ante la tensión o el dolor emocionales. Intenta averiguar qué sentimientos o situaciones te provocan esa conducta. ¿El enfado? ¿La presión a ser perfecto? ¿Un problema relacional? ¿Una situación traumática o una pérdida dolorosa? ¿Las críticas destructivas o los malos tratos? Identifica los problemas que tienes y luego explícaselos a alguien. A muchas personas les resulta muy difícil averiguar esta parte por si solas. Es entonces cuando los profesionales de la salud mental pueden ser de gran ayuda.
  3. Pide ayuda. Cuéntale a alguien que necesitas ayuda para resolver tanto tus problemas como la conducta de cortarte. Si la persona con quien hablas no te ayuda a encontrar la ayuda que necesitas, habla con alguien más. En ocasiones, los adultos intentan minimizar los problemas que tienen los adolescentes o consideran que solo se trata de algo pasajero. Si tienes esa sensación tras hablar con un adulto, acude a otro (como un orientador o un enfermero de tu centro de estudios) que seguro que te echará una mano.
  4. Ocúpate del problema. La mayoría de personas que experimentan angustias o dolores emocionales profundos necesitan trabajar con un terapeuta o profesional de salud mental para elaborar sus sentimientos, sanar las heridas del pasado y aprender mejores maneras de afrontar las tensiones de la vida. Una forma de encontrar un buen profesional de salud mental o terapeuta es pedir información a tu médico, tu centro de estudios o una clínica de salud mental de tu localidad.

A pesar de que cortarse puede ser un hábito difícil de romper, es posible acabar con él. El hecho de que una persona busque ayuda profesional para superar un problema no significa que sea débil ni que esté loca. Los terapeutas se han formado para ayudar a las personas a encontrar en su interior los puntos fuertes que les permitirán sanar. Posteriormente, podrán utilizar esos puntos fuertes para afrontar otros problemas que les plantee la vida de una forma saludable.

Revisado por: D’Arcy Lyness, PhD
Fecha de revisión: marzo de 2009

FUENTE: kidshealth.org

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