La experta Rebeca Cabrera crea un programa para alumnos con necesidades especiales que logra su inclusión y normalización

Mantenerse sentado mientras se trabaja, no golpear a los compañeros, eliminar las autolesiones y conseguir la aceptación de los alimentos son algunas de las dificultades que sufren los niños que presentan algún tipo de discapacidad psíquica o conductual. Conseguir su inclusión y normalización en el aula es el objetivo del Programa de Aprendizaje Adaptado para la Integración Global del Individuo (Paaigi), elaborado por Rebeca Cabrera Urquía, logopeda y especialista en mediación familiar y trastornos psicológicos.

«Todo sirve dentro del aula si el niño aprende», afirmó la experta en el Club La Provincia, durante la presentación de los resultados de la aplicación de ese programa a cinco alumnos con diversos problemas de aprendizaje durante seis semanas.

La experiencia, una iniciativa privada que se desarrolló en el Centro de Adultos de San Cristóbal el pasado verano, provocó cambios evidentes en la actitud de los alumnos a la hora de atender en el aula el aprendizaje, y logró aumentar sus conocimientos así como mejoras en su socialización. «El plan trabaja una y otra vez con pequeños pasos para que haya un cambio neuronal y se consiga el aprendizaje del niño», señaló la especialista en su exposición.

Niños de diferentes edades (desde cuatro a nueve años), y diversos trastornos (autismo, hiperactividad, de conducta, etc) consiguieron tras varias semanas logros como la eliminación de la agresión física, la disminución de la ansiedad ante la comida o el trabajo independiente. «El niño de nueve años, por ejemplo, no se había sentado nunca a realizar una tarea académica», ejemplificó Rebeca Cabrera Urquía sobre las dificultades de aprendizaje de estos alumnos y la necesidad de una atención individualizada para conseguir su inclusión y normalización académica.

Sobre los resultados de la experiencia y la situación en la que se produce en la actualidad la atención educativa de estos alumnos hablaron en una mesa redonda Lilí Ramón Valcárcel, médico y madre de alumno con necesidades educativas especiales, Carmen Laucirica Gabriel, madre también de un alumno con estas características y presidenta de la Apaelp, Lidia Déniz, abogada, y Fátima Peñate, representante de la Asociación de Síndrome de Down de Las Palmas.

Todas ellas coincidieron en señalar la complejidad de la actual Ley Orgánica de Educación y en su capacidad para reflejar en el papel las necesidades de adaptación y tratamiento singular de estos niños para conseguir su normalización escolar.

Pero coincidieron en que ese objetivo no tiene posible materialización si no se destinan los recursos y el personal adecuados, algo que pusieron en duda en la actual época de recortes.

FUENTE: Diario de las Palmas (España) laprovincia.es

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