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Hola a todos, me presento como «Mandy».

Antes que nada quisiera pedir disculpas si cometí algún error al añadir ésta entrada (en las categorías quizás), la verdad que no entiendo mucho la página y cómo funciona ahora. Les comento que yo soy una usuaria antigua, bastante antigua… y por eso no me adapto a los nuevos cambios de la web. Cuando tenía 15 años frecuentaba ésta página en busca de ayuda, hoy tengo 21 años.

Han cambiado muchas cosas desde entonces; recuerdo que solía llamarme «Broken Wings» (posiblemente con algún guión bajo o algo por estilo que ya no recuerdo). En ese entonces encontré gente muy amigable y sincera, algunos demasiado sinceros para mi gusto pero sin duda personas muy interesantes. Hoy he decidido ingresar una vez más para escribir. Dicen «no hables si no sabes» (si no lo has vivido o experimentado), bueno, acá estoy para hablar de algo que sí he vivido, de algo que si sé, de algo de lo que sí puedo hablar.

Creo que comenzó a los 14, casi 15 años. Era una mezcla de hormonas revolucionadas que también me causaron depresión y subida de peso, de problemas con el control de la ira, de sentirme tan sola (por que aunque estuviese rodeada de gente yo me sentía sola), de falta de gente en la cual realmente confiar, de problemas en mi familia y además, como si fuese poco, el primer amor: olvidable para mi.

Soy una chica común: pelo castaño, ojos marrón miel, baja estatura, ni gordita ni demasiado flaca, un padre ausente, una madre de oro, un hermano pequeño, abuelos. Siempre traté de mostrarme alegre y cada cosa cada pequeña cosa que me lastimaba, simplemente me lo reservaba para mi. Acumulé cosas hasta el punto de que sentía el peso del mundo en mis hombros, hasta el punto de volverme violenta en ciertos aspectos o incluso reaccionar físicamente mal (dolores de panza horribles, dolores de cabeza, etc.) ante situaciones que me ponían nerviosa. La escuela era la peor tortura para mi tanto por las obligaciones como por el hecho de tener que enfrentar todos los días a las mismas personas. Tenía mis amigas pero siempre intenté encajar con ellas porque no eran como yo, no era «la típica adolescente». Acá fue el punto donde probe la autolesión. Alguien me lo contó y un día simplemente lo hice; lo hice una vez, otra vez y otra… cuando quise darme cuenta de lo que sucedía, ya se había vuelto una escapatoria demasiado dulce para mi.

No sé qué le sucedió a esa chica que solía ser, a la que tenía buenas notas y estaba por viajar a Miami. No sé en qué momento se desmoronaron mis sueños, mis ganas de vivir. Cualquiera diría que esa chica tenía todo, entonces ¿qué le pasaba por la mente, por el corazón? Simplemente el dolor, el dolor de existir quizás; y cuando eso duele lamentablemente no hay viaje o cosa física que te llene el alma.

Tengo un recuerdo que hasta el día de hoy me atormenta: llorar de la escuela hasta mi casa, toda la calle en silencio sin un alma que observe lo triste que estaba, tomar un vidrio del suelo, cerrar los ojos y pasarlo por mi brazo en un lugar estratégico para que nadie lo notara. Eso sin duda no voy a olvidarlo: llegar hasta el punto de tomar cualquier cosa para lastimarme. ¿Cómo es posible tanto dolor, tanto odio a uno mismo?

Con el tiempo, mis padres descubrieron lo que hacía por que un amigo del colegio les contó. Verlos llorar me partió el alma y prometí no volver a hacerlo. No cumplí esa promesa, lo seguí haciendo pero con menos frecuencia. Al hacerlo menos, mi ira se controlaba menos. Tenía problemas con una chica de la escuela y como no podía (voy a decirlo, así sin más) GOLPEARLA, por que hubiese sido motivo de que me expulsen, mi cuerpo reaccionaba con dolores intensos en el estómago cada vez que se acercaba a mi. Sí, ésto ocasionó que faltara demasiado a la escuela por los dolores y, posteriormente… ir al psicólogo. Seré sincera: no me ayudó mucho. Pero no me ayudó por que no me dejé ayudar. Le dije las palabras correctas con respecto a AL y cómo lo había superado (mentira), me enseñó a tratar el problema con esa chica de la escuela y entonces simplemente dejé de ir.

Al terminar la escuela fui libre.

Fui crenciendo, me rompieron el corazón más veces de las que recuerdo, cambié mis cortes por otros métodos que hay en ésta página. Aprendí que no es algo que simplemente dejas de hacer. Que quizás el psicólogo no pueda ayudarte en nada. Quizás nadie puede ayudarte en nada. Empieza por vos y termina en vos, nadie va a quitarte las ganas, nadie sabe qué pasa por tu mente y si lo saben, probablemente no lo entiendan por que como dije «no se puede hablar de lo que no se conoce».En mi caso, fue un proceso de entenderme y entender el motivo por el cual lo hacía: me di cuenta que dependía de otros absolutamente, y cuando alguien me trataba mal o me hacía mal… yo me desmoronaba. La soledad era lo peor para mi. Por ese motivo cometí muchos errores y no los citaré a todos, pero si voy a decir que eso ocasiona que elijas mal a las personas que están a tu lado. Yo no tuve mucha suerte y lamentablemente jugaron demasiado conmigo, casi fui víctima de violación por una de «mis malas elecciones».

Fue un largo viaje, después de tanto llorar y esperar al fin llegó la etapa «linda» de la que tanto hablan, pero llegó cuando empecé a cambiar yo. Y no vengo acá a mostrarles lo bien que me va y lo linda que es la vida, aún peleo con mis fantasmas, aún me torturan los recuerdos. No es fácil pero hay algo muy importante que es lo que hace la diferencia: voluntad.

Hoy ya llevo dos años con mi pareja, acepta y ama mis ángeles y demonios tanto presentes como pasados. Pensé que ese tipo de gente no existía pero Dios, la vida me demostraron que una vez más era yo la equivocada. Que 19 años de dolor no es una vida de mierda.

Estoy estudiando, cambié de carrera tres veces por que no encontraba lo que amaba pero como todo simplemente era cuestión de probar sin miedo, conocer, vivir. Me quedé sin amigas, me deshice de todas por que me di cuenta que toda la vida sólo quise agradarles y yo nunca fui como ellas. No disfruto del alcohol, ni de los chicos, ni de los boliches, ni de ese tipo de diversión. Tengo una meta, quisiera ayudar a la gente que se lastima, a quienes son maltratados tanto en la escuela como en sus casas. No sé si la podré mantener viva y cumplirla, pero hoy eso me motiva para seguir estudiando y eso es más que suficiente. Y con respecto a éstas cicatrices… son bellas, son marcas de guerra, marcas de mi lucha con la vida que sólo fue dura para mi y quizás lo seguirá siendo.

Yo siempre fui de autoestima baja, nunca «tuve» derecho a nada asi que me mantuve en mi coraza por que mis problemas no eran tan graves como los de otras personas, pero esta página fue una descarga útil ya que acá había gente como dispuesta a ayudar o simplemente a leerte.

Dejé de cortarme como lo hacía antes pero descubrí que tengo pequeñas cositas como por ejemplo, me sigo lastimando de otros modos menos dañinos. Me di cuenta que a eso lo hice siempre, es parte de mi quizás el lastimarme pero está bien por que todo es un proceso, la vida misma es un proceso, un camino. No naces aprendiendo, quizás hoy te cortas y ves el mundo como lo peor que pudo pasarte, querés matarte y terminar con todo… pero ¿sabes qué? ese sentimiento y todo lo demás, TODO pasa… y así fue, sólo que tuve que vivir todo lo que viví para darme cuenta. Dejar que el tiempo pasara, aprender a quererme, a respetarme, a aceptarme y amarme solita, sólo así otros pudieron amarme también. Pero lo más importante SOLO ASI PUDIERON RESPETARME, cuando yo comencé a hacerlo.

En fin, necesitaba escribir ésto. Surgió desde que mi pareja me hiciera notar que me lastimaba los labios, yo no lo había notado o no le había dado importancia. Sigo en éste camino, tengo mucho que aprender y vivir pero se hace lo mejor que se puede.

Quiero brindarles mi apoyo y mi ayuda a quien lo necesite. No soy psicóloga ni algo similar, peeeeero soy un ser humano con los brazos abiertos.

 

Me despido con un beso enorme para todos y una frase que guía mis pasos desde hace un tiempo:

«Cambió mi actitud, entonces todo a mi alrededor cambió»

FUENTE: ASeFo, autolesion.com

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