Cada vez que se molestaba con su madre, Ana, de 13 años de edad, se encerraba en su habitación para lastimarse los muslos y talones con una pequeña navaja. Su familia se dio cuenta porque en la escuela no pudo cumplir con la clase de deportes. El médico que la revisó encontró cicatrices de varios meses.
El caso de Ana es uno más de los niños y adolescentes mexicanos que se autolesionan para mitigar su dolor emocional por sufrir abusos, abandono o violencia intrafamiliar.
Es un problema que podría afectar a entre 3 y 5 millones de menores en este país, le dice a BBC Mundo la especialista Dora Santos Bernard, autora del libro Autolesión, qué es y cómo ayudar.
«Son muchachos de entre 12 y 18 años de edad que al no poder expresar lo que sienten y manejarlo, se les forma una tormenta emocional y deciden ponerle un alto», explica.
Las autolesiones entre menores de edad es un problema que poco se conoce en México, donde no hay muchos estudios sobre el tema. Sin embargo, estimaciones oficiales señalan que por lo menos el 10% de los niños y adolescentes suelen lastimarse, aunque según la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la cifra podría ser de hasta el 14% de esta población.
Ansiedad
Los menores que padecen este problema no buscan suicidarse, y por el contrario, las lesiones que se provocan suelen ser una forma de canalizar su dolor interno, dice la especialista.
Generalmente es un síntoma de algo más profundo, como un mal manejo de emociones o la consecuencia de algún abuso que puede derivar en conductas dañinas.
No necesariamente es un padecimiento mental, dice Santos Bernard, quien también es académica del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav).
«El hacerse daño les da un sentimiento de control, si sufren abuso físico o sexual o acoso escolar no tienen ningún tipo de control sobre su cuerpo, ni sobre lo que sienten», explica.
«Cuando se autolesionan sienten que tienen el control de cuándo lo hacen, cómo y en donde. Lo más importante es que luego cuidan sus heridas y entonces pueden concretizar ese dolor emocional en dolor físico».
El problema se agrava cuando existen otros padecimientos, como adicción a las drogas o bulimia.
Otros países
Algunos han dicho que se trata de una epidemia silenciosa, pues las víctimas no suelen hablar sobre el tema. Muchos tienen miedo a la reacción de los padres y médicos, sobre todo si no están preparados para afrontarlo.
Hasta ahora la mayoría de los estudios se han hecho en Europa y Estados Unidos, donde los índices de este padecimiento son elevados.
En el Reino Unido, por ejemplo, las estimaciones son que el 14% de los adolescentes se hacen daño en forma deliberada, mientras que en Estados Unidos los cálculos son de hasta el 18% de esta población.
En México y América Latina se desconoce la magnitud real de este padecimiento, pues las investigaciones que se han hecho son recientes.
Pero reportes de la Secretaría de Salud indican, en los últimos seis años, un aumento en el caso de menores atendidos en hospitales públicos, con lesiones producidas por ellos mismos.
FUENTE: bbc.co.uk por Alberto Nájar, Ciudad de México, a 15-09-2011