Las mujeres se deprimen más que los varones. En el caso del sexo masculino, los casados y con trabajo estable se deprimen menos. ¿Por qué las diferencias?

La depresión, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la cuarta causa de muerte y discapacidad a escala mundial. La OMS prevé que para el año 2020 ocupará el segundo lugar. Uno de los hechos vinculantes a la depresión es el suicidio, y en la actualidad dicho problema causa más muertes que las guerras.

En un análisis más exacto se observa que entre mujeres y varones hay diferencias marcadas respecto a esta enfermedad. El psiquiatra chileno Marco Antonio de la Parra en su libro Vencer la depresión (Santiago: Ediciones B, 2009), señala que:

«Las mujeres se deprimen más que los hombres, y no por ser más débiles, sino porque enfrentan mucho más estrés«.

Luego agrega que: «Los que menos se deprimen son los hombres casados y con trabajo. La estructura conyugal y laboral es un excelente protector contra el estrés masculino, cosa que no ocurre igualmente con sus parejas«.

Elementos comunes

La sintomatología de la depresión presenta algunas características similares tanto en varones como mujeres:

  • Tristeza.
  • Apatía.
  • Falta de energía.
  • Desesperanza.
  • Baja autoestima.
  • Sentimientos de culpa.
  • Apatía sexual.
  • Sufrimiento emocional.
  • Angustia.
  • Ideas suicidas.

La mujer, el estrés y la depresión

Según las investigaciones: «las mujeres sufren el doble de depresiones que los hombres, lo que las afectaría un 16%, a diferencia de éstos últimos, que sería un aproximadamente 7,5%».

Según la OMS unos 73 millones de mujeres «padecen un episodio depresivo importante por año, a nivel mundial«.

Incide en la situación los beneficios que se le privan a la mujer y las condiciones en las que viven a lo largo de la vida. Laura MacInnis informa que «pese a que viven entre seis y ocho años más que los hombres, las mujeres carecen de la atención médica esencial a lo largo de sus vidas, particularmente cuando son adolescentes y ancianas«. Eso va directamente en desmedro de su salud.

Margaret Chan, directora de la OMS, declara en este mismo sentido que: «Los obstáculos que permanecen en el camino de una mejor salud para las mujeres no son de naturaleza fundamentalmente técnica o médica. Son sociales y políticos«.

Las condiciones en que viven muchas mujeres que tienen que lidiar con violencia, discriminación, desplazamiento forzoso y otras realidades cotidianas, van en desmedro de su salud, provocando más estrés y por lo tanto, más incidencia de depresión.

Eso implica que el asunto no tiene que ver con la condición de ser mujer, como señala el estereotipo, sino con el entorno socio político en el que se desarrollan.

El mismo informe de la OMS señala que «paradójicamente, los sistemas de salud frecuentemente no responden a las necesidades de las mujeres, pese al hecho de que son las principales contribuidoras al sistema, a través de su rol como cuidadoras primarias en la familia y también como proveedoras de atención médica«.

El síndrome de la doble jornada es otro factor que enfrentan las mujeres trabajadoras, puesto que no sólo cumplen sus horarios laborales normales, sino que es habitual que lleguen a sus hogares a realizar tareas domésticas y encargarse de los niños, cosa que no sucede con los varones, que por cuestiones culturales y sociales a menudo se sienten eximidos de dichas responsabilidades.

Finalmente, las mujeres están más expuestas a depresión por los partos y las condiciones en que éstos se realizan. En muchos casos favorece estados emocionales alterados, precisamente por las condiciones imperantes. El informe de la OMS señala que el «99% de las 500.000 muertes femeninas anuales durante el parto se producen en los países en desarrollo, donde escasean los suministros de atención médica y los profesionales cualificados».

En suma, los factores que colaboran para la depresión femenina, en contraste con los varones son:

  • El acceso a la salud.
  • Salarios diferentes por tareas similares.
  • Doble jornada laboral y doméstica.
  • Partos.
  • Acceso a la educación.
  • Subordinación.
  • Problemas de pareja.

Situaciones que a menudo los varones no enfrentan.

El varón y su relación con la depresión

En general los varones no se ven confrontados con las mismas presiones sociales de la mujer. No están a cargo de sus hogares, no tienen que atender a sus familias ni siquiera se ven enfrentados al síndrome de la doble jornada. Eso hace que la calidad de vida de los varones sea, en muchos sentidos, mejor.

Por otro lado, el sistema social imperante, especialmente con rasgos androcéntricos favorece que los varones tengan:

  • Menos presiones hogareñas.
  • Más posibilidades de acceso a sistemas de salud de buena calidad.
  • Menos incidentes de violencia de género.

Comparativamente ese factor colabora en que la salud mental de los varones es más estable y con menos probabilidad de padecer de depresión.

Conclusión

Nunca fue sencillo ser mujer, sin embargo, en muchas situaciones se torna en más complejo debido a las condiciones sociales imperantes.

La mujer no es emocionalmente más propensa a la depresión, son las condiciones sociales y políticas adversas las que favorecen estados depresivos, al contrario de lo que sucede con los varones.

FUENTE: Por Dr. Miguel Ángel Núñez en Suite101.net

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