Como alternativa para canalizar la ansiedad, adolescentes incurren en la autolesión, en rayarse los antebrazos y muslos con objetos filudos, una conducta compulsiva denominada cutting.
Jackeline Lamboglia, médica del Instituto de Neurociencias, sostiene que los padres deben estar alerta a los cambios de conducta de los hijos. Habla de alteraciones en la forma de vestir, estrés, soledad o aislamiento. “Para poder ayudarlos a manejar la presión emocional que sienten”, menciona.
En el Instituto de Neurociencias, Lamboglia es jefa del área Vida, donde, en 2015, 55 pacientes recibieron tratamiento. De ellos, 35 llegaron con autolesiones. Las cifras son contundentes, de cada diez adolescentes que ingresana ese centro, cinco son por cutting .
La especialista alerta sobre actuar a tiempo, porque el adolescente podría cortarse alguna arteria importante y perder mucha sangre, advierte.
Xiomara, de 13 años, tenía alrededor de 30 cortes en diferentes partes del cuerpo cuando llegó al Instituto de Neurociencias. María, su madre, cuenta que le descubrió rayas en brazos, antebrazos, abdomen, muslos y piernas, y que su hija se las ocultaba con ropa larga y bisutería.
Según Lamboglia, Xiomara pudo no sentir dolor al cortarse porque lesionarse supondría un alivio momentáneo a la ansiedad, a sus sentimientos de arrepentimiento, remordimiento, tristeza y depresión.
Al cutting incurren jóvenes de entre 11 a 25 años, emocionalmente inestables e influenciados por amigos y compañeros de aulas. Entre las principales causas constan el abuso físico, psicológico, el acoso escolar, el divorcio, muerte de un ser querido y la falta de atención de los padres. Ante esto la especialista recomienda restablecer el dialogo con los hijos.
En el Instituto de Neurociencias, ente regentado por la Junta de Beneficencia de Guayaquil, se ofrece tratamiento, con énfasis “en eliminar los pensamientos suicidas en pacientes de la salud mental”. (I)
(Los cambios de conducta) son señales que hay que tomar en cuenta, porque de tanto cortarse, el joven puede herir una arteria importante y morir desangrado.
Jackeline Lamboglia, médica del Instituto de Neurociencias
FUENTE: eluniverso.com