Las conductas orientadas a hacerse daño o autolesionarse son más frecuentes en la adolescencia que en otras etapas de la vida. Habitualmente se distingue entre las autolesiones, la ideación suicida y el acto suicida. Aunque se sigue manteniendo por algunos investigadores, que entre ellas existe un nexo que sería importante evidenciar por su implicaciones preventivas y asistenciales, en principio, lo realmente claro es la diferente letalidad que presenta cada una de ellas.

En este post expondremos brevemente las diferencias clínicas y fenomenológicas entre las diversas formas de autolesión en la adolescencia, aunque centrándonos especialmente en las autolesiones sin finalidad suicida.

Definición

Tanto las autolesiones propiamente dichas, como la conducta e ideación suicidas, pueden considerarse como formas diferentes de autoagresión y podemos definirlas según su intencionalidad, frecuencia y letalidad. Sin embargo, entendemos por autolesiones el daño autoinflingido de forma deliberada y sin intencionalidad suicida. Incluyen conductas tales como cortarse, darse cabezazos, producirse quemaduras, pincharse, lesiones por rascado etc.. y encaminadas a buscar alivio de una gran tensión emocional.

Epidemiología

Según algunas investigaciones, su frecuencia parece haber aumentado durante los últimos años, especialmente entre adolescentes. La edad de inicio se encuentra entre los 12 y 14 años con una prevalencia estimada a lo largo de la etapa del 13 al 29 %.

En cuanto a la prevalencia por sexos, aunque gran número de investigaciones hablan de una mayor incidencia en el sexo femenino, parece que estas diferencias son debidas a los diseños de la investigación más que a diferencias reales. Es decir, el sesgo estaría en que la edad de inicio de las autolesiones sería más precoz en mujeres que en hombres, variando los resultados en función del tramo de edad de los sujetos en estudio.

Cada vez se acepta más que la autolesiones no presentan variaciones en relación a la raza ni a la cultura, siendo una manifestación universal.

Comorbilidad

Nuestros conocimientos actuales no permiten conocer cual es la etiopatogenia de las conductas autolesivas. La mayoría de las investigaciones, en la medida que son investigaciones transversales, sólo permiten conocer cuales son las circunstancias personales, familiares y psicosociales que concurren con la conducta autolesiva en un momento determinado sin que nos de una información concluyente sobre sus causas propiamente dichas.

Las circunstancias coincidentes son muy diversas y pueden encontrarse en una amplia variedad de trastornos psiquiátricos de la adolescencia, así como personales. Las más frecuentes serían:

1. Identidad sexual. En este aspecto, Pompili y cols (2014), ponen en relación la bixexualidad con las autolesiones. Serían consecuencia de la victimización, críticas de los iguales y el rechazo familiar. Esta afirmación habría que contrastarla con aquellos adolescentes que presenta la misma condición sexual y no presentan autolesiones.

2. Modelado social (Leo y cols, 2008). Justifican su teoría en el hecho de que existe una mayor agregación familiar de suicidios consumados e intentos de suicidio entre los pacientes con conductas autolesivas. Sería un aprendizaje vicariante de las conductas autolesivas.

3. Abusos sexuales (Markhija y cols, 2007). La presencia de abusos sexuales produciría en las víctimas un incremento de la ideación suicida, las autolesiones serían la reparación del sentimiento de culpa. Igualmente conduciría a un mayor consumo de alcohol y otras drogas.

4. Para Collen y cols (2007) los adolescentes con autolesiones presentarían una mayor prevalencia, frente a controles, de abuso sexual, depresión, ansiedad, alexitimia, hostilidad, disociación, ideación y conductas suicidas. En esta misma linea de investigación, Miller y cols (2008) afirman que los pacientes con autolesiones presentaría una mayor comorbilidad de depresión, fobias específicas, trastornos obsesivo, trastornos externalizantes (trastornos de conducta y trastorno por déficit de atención con hiperactividad – TDAH), abuso en el consumo de drogas y trastorno límite de personalidad.

5. Para Lowenstein y cols ( 2005) el núcleo psicopatológico sobre el que se asentarían las conductas autolesivas sería la existencia de una mayor presencia de emociones negativas, depresión, ansiedad, impulsividad, baja autoestima y un mayor conflicto intrafamiliar y problemas sexuales.

Relación entre conductas autolesivas, ideación y conductas suicidas.

Contrariamente a las autolesiones, el acto suicida se refiere a la autoagresión cuya finalidad es terminar con la vida, en tanto que los pensamientos (ideación) suicidas hacen referencia a la intención y planificación de la acción suicida.

Aunque clásicamente se dice que existe una relación entre autolesiones y actos suicidas, no parece que la situación sea tan evidente ya que la inmensa mayoría de las investigaciones no diferencia entre autoagresión e intencionalidad.

El suicido es la cuarta causa de muerte entre los 15 y 44 años (OMS). La conducta suicida se presentaría hacia la adolescencia tardía, mientras que la ideación suicida comienza con el inicio de la adolescencia. Por otra parte, la ideación suicida es más frecuente en mujeres que en hombres, en tanto que la acción suicida es más frecuente en hombres.

1. Las autolesiones como factor de riesgo del acto suicida.

Las investigaciones que se han ocupado de esclarecer la existencia o no de relación de riesgo entre las autolesiones y el acto suicida, presentan resultados contradictorios. Las causas de estas diferencias se deben fundamentalmente a que los diseños son poco comparables entre ellos, así como que la información disponible proviene tanto de estudios transversales como longitudinales.

Veamos, separadamente, aquello que se encuentra en los investigaciones epidemiológicas con metodología transversal, de los diseños longitudinales.

1.1. Investigaciones transversales.

En ellos aparecen las autolesiones como predictores robustos, tanto de la ideación suicida como del acto suicida. Esta afirmación se sustenta en el hallazgo de una mayor frecuencia de ideación suicida e intentos de suicidio entre los pacientes con conductas autolesivas frente a los que no las presentan, aún cuando los resultados son controlados por edad, sexo y raza.

Por otra parte, en este tipo de diseño, también son contundentes en la afirmación de que los pacientes con autolesiones, ideación y actos suicidas presentarían una mayor incidencia de depresión, desesperanza, mal funcionamiento familiar, estrés postraumático, historia de abuso sexual y trastorno límite de personalidad.

Hay algunos autores que sólo encuentra este incremento del riesgo en aquellos casos en los que las autolesiones son muy frecuentes (superiores a 50).

1.2. Investigaciones longitudinales.

Este diseño sí nos posibilita obtener una visión temporal de cómo se presentan. Estas investigaciones confirmarían que son las autolesiones las que incrementan el riesgo de actos suicidas y no al revés. Igualmente, se ha puestos en evidencia que el incremento de riesgo está relacionado con la gravedad de las autolesiones, siendo este mayor cuanto más graves son las autolesiones.

A continuación exponemos brevemente qué diferencias encontramos cuando se comparan pacientes con autolesiones y actos suicidas frente a los sólo presentan autolesiones (Grupo 1), pacientes que presentan autolesiones y actos suicidas frente a los que sólo presentan actos suicidas (Grupo 2) y, finalmente, aquellos pacientes que sólo presentan autolesiones frente a los sólo presentan actos suicidas (Grupo 3) (Hamza y cols, 2012) .

a) En el Grupo 1. Sería en donde nos encontramos con un mayor riesgo de suicido, mayor psicopatología y alteraciones psicosociales, mayor anhedonía, peor autoevaluación, depresión más grave, indefensión e impulsividad, mayor frecuencia de ideación suicida, así como un menor número de razones para vivir.

b) En el Grupo 2 Nos encontramos con mayores niveles de autoagresión, ansiedad, indefensión, mayor conflictividad familiar y abuso físico.

c) En el grupo 3 nos encontraríamos con depresión mayor, alteración psicosocial, mayor ideación suicida y acontecimientos vitales.

En definitiva, estos resultados nos ponen e evidencia lo que la intuición ya suponía. A saber, que cuanto mayor coincidencia de circunstancias anómalas presentan los pacientes, mayor sería el riesgo letal.

Parte 2: de Autolesiones en la adolescencia: 2. Su relación con las conductas sucidas. Modelos etopatogénicos

FUENTE: Por Joaquín Díaz Atenza en diazatienza.es

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