“Las cicatrices tienen el extraño poder de recordarnos que el pasado es real”. Cormac McCarthy, All the Pretty Horses.
Estamos en la era de los anglicismos. Muchos de ellos se utilizan para dar nombre a nuevos delitos que han surgido con las nuevas tecnologías: phishing, sexting, ciberbullying, stalking o grooming. Sin embargo, otros indican conductas que son autolesivas como es el caso del cutting.
Hoy en día los adolescentes están en el punto de mira de los políticos, los padres, la prensa, los profesores y de sus propios compañeros. Sufren acoso en el colegio y en el instituto, en las redes sociales, hacen botellones los fines de semana, flirtean con algunas drogas, e incluso se examina su rendimiento en el informe PISA[1]. Pero hay una realidad que nadie quiere ver, ya que muchos de estos jóvenes sufren “dolor emocional” y solo encuentran una salida para superarlo: la autolesión. Gran Bretaña[2], es el país con mayor tasa de autolesiones de toda Europa y ya se trabaja en campañas de concienciación para padres y educadores. Como no podía ser de otra manera, en España este problema sigue en la sombra y se le da la espalda. Sin embargo, el hábito de autolesionarse va en aumento y estos jóvenes se hacen daño a sí mismos porque no conocen otra forma de expresar sus sentimientos.
Erróneamente se cree que es una conducta cuyo objetivo último es suicidarse o llamar la atención. No es cierto. Estamos ante una conducta que es la respuesta equivocada ante la imposibilidad de controlar el enfado o los impulsos, con la intención de aliviar el dolor emocional. Es un mecanismo de supervivencia. Es una escritura en el cuerpo a través de la cual expresan su dolor psíquico de modo que se concentran en su dolor físico tratando de olvidar su dolor emocional invisible que grita en silencio.
El cutting[3] o self injury es una conducta que lleva a hacerse continuos cortes en la piel de los brazos, muñecas, piernas, abdomen o muslos de modo intencionado sin la finalidad de atentar contra su vida y que en muchas ocasiones se termina convirtiendo en adicción. Es un grito silencioso de ayuda ante su problema de control de impulsos, liberarse de un dolor emocional, de una furia incontrolable, de problemas familiares, de la ansiedad, para revelarse contra la autoridad parental, o para sentir que ellos tienen el control. Nos encontramos ante la violencia autoinflingida en su máxima expresión. Suele estar relacionada con la incapacidad que tienen estos jóvenes para expresar determinados sentimientos por el temor a generar un conflicto. Actualmente esta conducta compulsiva se da en jóvenes de entre 11 y 23 años, aunque la mayor prevalencia está en niñas adolescentes de 12 a 14 años.
Autolesionarse puede ser adictivo, ya que funciona. Si estos jóvenes tienen un modo rápido y fácil de sentirse mejor durante un rato, ¿por qué han de buscar otra manera que les costará más esfuerzo y tiempo? El cutting se puede realizar con muchos objetos siendo lo habitual utilizar la cuchilla del sacapuntas o una regla de plástico rota, objetos fácilmente accesibles. Pero, ¿Qué es lo que lleva a estos adolescentes a autolesionarse y provocarse este dolor?
A.- Lograr un alivio para un dolor emocional insoportable. El cutting ayuda a estas personas a atenuar un profundo dolor psicológico que a sus ojos no tiene cura. Al no encontrar una solución adecuada para hacer frente a ese dolor, crean voluntariamente un dolor físico exterior que si pueden controlar. Las personas que se autolesionan dicen que, una vez que se cortan, experimentan poco o ningún dolor en comparación con su sufrimiento emocional. En estos casos hay una incapacidad de expresar con palabras el dolor que están experimentado. El cuerpo expresa lo que estos jóvenes no pueden articular o verbalizar.
B.- Simpatizar con un grupo. Algunos niños y adolescentes que llevan a cabo esta conducta autolesiva, lo hacen simplemente porque sus amigos los hacen (imitación) y así consideran que pueden integrarse en ese grupo y ser tratados de la misma manera. Internet está repleto de videos que explican que es el cutting, con BSO lastimeras que ven y comparten miles de jóvenes.
C.- Sensación de control. El estrés, la carga escolar (o laboral en el caso de los adultos), los problemas en la familia, sentimientos negativos o cualquier conflicto emocional en el que se sienten implicados no son abordados de una manera adecuada ya que no cuentan con los recursos necesarios para afrontarlos lo que lleva a un desequilibrio en la vida cotidiana de esa persona. El cutting les da una sensación de control de sus propias emociones y de su propio cuerpo bajo la premisa “soy el dueño de mi cuerpo y puedo hacer con él lo que quiera”.
CARACTERÍSTICAS PSICOLÓGICAS Y FACTORES DE RIESGO
Ciertamente, no hay muchos estudios sobre estas conductas, y los que hay son estadounidenses[4] e ingleses. Sin embargo se ha llegado a determinar que las personas propensas a llevar a cabo estas conductas tienen las siguientes características:
- Baja autoestima.
- Niveles altos de tensión y estrés.
- Depresión.
- Deficiente control de impulsos.
- Culpa y vergüenza por una conducta dañina.
- Alta sensibilidad al rechazo.
- Altos niveles de irritabilidad.
Lo que si se ha podido demostrar, es que existen unos factores de riesgo que aumentan considerablemente la probabilidad de que algunos adolescentes lleven a cabo esta conducta autolesiva: aquellos que han sufrido un abuso sexual, físico o emocional en su niñez y aquellos que han pasado por un trastorno de estrés postraumático.
CONCLUSIONES
Hoy, aún no tenemos una respuesta clara y concreta porque como ya hemos comentado, este comportamiento, sobre todo en adolescentes del sexo femenino, está poco estudiado pero sí se puede determinar que los jóvenes que se autolesionan lo hacen porque no encuentran otra manera de canalizar la presión emocional.
Estos adolescentes se sienten víctimas y victimarios: víctimas de la sociedad, del entorno escolar, de su fracaso, de las nuevas tecnologías y victimarios de otros grupos, otras identidades y hasta de sí mismos. La violencia ejercida contra sí mismo es característica de sociedades en las que ser diferente es ser inadaptado o en las en las que la competitividad es una virtud. Aquellos que no pueden o no quieren entrar en el juego, quedan fuera y no hay espacio para ellos.
Como explica Ivanna Julbe, Psicóloga Clínica y coach de Barcelona: “Autolesionarse es una forma de externalizar su dolor emocional que, a priori, les sirve para sentirse aliviados. Esta pena que sienten la sustituyen por un sufrimiento físico, y eso, de momento, les tranquiliza y alivia. En definitiva, pretenden sentir que controlan su vida”.
Las personas que se autolesionan aprenden que al hacerse daño logran aliviar un estado emocional agobiante y que es un mecanismo para manejar sus emociones. El pensamiento habitual de estos adolescentes podríamos plasmarlo en la siguiente máxima: “La guerra está en mi mente. Las heridas en mi piel”.
Cicatrices. Es increíble como unas pulseras, una camiseta de manga larga y una sonrisa pueden esconderlas. A veces miramos y no vemos.
BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA:
- Frías Ibáñez, A; Vázquez Costa, M; Del Real Peña, A; Sánchez del Castillo, C; Giné Servén, E. Conducta autolesiva en adolescentes: prevalencia, factores de riesgo y tratamiento. Cuadernos de medicina psicosómatica y psiquiatría de enlace, n 103. 2012.
- Informe Truth Hurt se puede descargar gratuitamente en https://www.selfharm.co.uk/
- Murueta Reyes, M.E; Orozco Guzman M. Psicología de la violencia. Causas, prevención y afrontamiento. Tomo II. 2ª Edición. 2015. Editorial el Manual Moderno, S.A de C.V, Colombia.
- Scilletta, D. Autolesiones mediante cortes reiterados en la piel. Subjetividad y Procesos Cognitivos. Página 183-197.
- https://www.thefix.com/content/cutting-as-an-addiction-10041?page=all
[1] El Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes o Informe PISA ( Programme for International Student Assessment) se basa en el análisis del rendimiento de estudiantes a partir de unos exámenes que se realizan cada tres años en varios países con el fin de determinar la valoración internacional de los alumnos. Este informe es llevado a cabo por la OCDE que se encarga de la realización de pruebas estandarizadas a estudiantes de 15 años. Información complementaria en https://www.oecd.org/pisa/pisaenespaol.htm
[2] Uno de cada 10 ó 15 adolescentes de Gran Bretaña se hace daño deliberadamente y a escondidas para superar la ansiedad, según el informe Truth Hurts, realizado por el gobierno británico a jóvenes de entre 11 y 25 años.
[3] Linda Dunion, directora de la campaña escocesa de concienciación See Me determina que: “La autolesión es una señal de dolor emocional y muchos de los que lo hacen lo describen como una forma de estar vivos, aunque demasiado a menudo se confunde con un intento de suicidio”.
[4] https://www.cdc.gov/nchs/ppt/nchs2012/ss-32_claassen.pdf
FUENTE: Por Paz Velasco de la Fuente para criminal-mente.es